El spam o correo basura se ha convertido en una de las principales amenazas para el Internet y las redes de telecomunicaciones. Sin embargo, sus consecuencias negativas afectan nuestra vida personal, laboral y económica. Además si se estima que el 75% de correos electrónicos son spam se comprenderá por qué la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera al spam el segundo tema más importante después de la seguridad.
Se conoce como spam a los mensajes electrónicos no solicitados, incluyendo los de correos electrónicos y mensajes de textos (SMS) en celulares. El spam se ha ido especializando distinguiéndose tipos como el que infecta al equipo (virus, gusanos, caballos de Troya), el spyware (se instala en la computadora sin conocimiento del usuario y recopila información sobre él/ella, así como monitorea los sitios web que visita), el phishing (roba datos de identidad personal y financiera), spim (spam a través de servicios de mensajería instantánea), spoofing (una persona o página web toma la identidad de otro para realizar fraudes, p. ej., representar una página de un banco para obtener claves secretas).
Existen personas dedicadas a generar spam, los spammers, que anteriormente eran en general personas del género masculino entre 20 y 30 años, especialistas en alta tecnología. Los spammers pueden ser contratados para recopilar información personal y vender bases de datos para efectos publicitarios, o para saturar el sistema de cómputo de un competidor, o bien para cometer delitos cibernéticos.
Usted y yo podemos también ser generadores de spam, consciente o inconscientemente. Conscientemente cuando enviamos cadenas que prometen que se cumplirán nuestros deseos si reenviamos el mensaje a 10 amigos. Inconscientemente cuando a nuestro equipo de cómputo se le instala una aplicación que envía spam desde nuestra computadora y sin que nosotros nos demos cuenta. En este caso, nuestra computadora se convierte en zombie. De hecho se cree que el 30% del spam hoy se genera a través de zombies. Por ello vale la pena revisar si somos zombies.
El spam se ha convertido en un negocio de grandes utilidades. Para la mercadotecnia, el spam es un medio publicitario con un costo verdaderamente marginal. A través del spam las empresas obtienen muchos de nuestros datos personales, los integran a bases de datos que luego se utilizan para enviarnos información o para la comisión de fraudes cibernéticos. También el spam ha dado origen a la industria de los anti-spam, firewalls (impide el acceso a redes privadas), anti-virus, anti-spyware, etc.
El spam hace que las personas e instituciones tengan que incrementar la inversión en más capacidad de sus sistemas de cómputo y en distintos tipos de software. Además, genera una pérdida de tiempo significativa de la persona que recibe el spam. Si en México la población económicamente activa (2005) invirtiera 1 minuto diario 360 días del año para borrar spam, implicaría que en México se pierden más de 256 millones de horas por año a causa del spam.
Recomendaciones. No abrir mensajes de emisor desconocido, ni sus archivos adjuntos. No dar información personal y menos aún confidencial. No responder a mensajes comerciales ni a cadenas. Al mandar mensajes a muchos destinatarios, poner sus direcciones con copia oculta (CCO o BCC) para que si nos responden, no lo hagan también a todos los destinatarios originales. Es conveniente tener un filtro de spam, un firewall y un anti-virus, así como hacer revisiones periódicas de los programas que se han instalado en nuestra computadora sin nuestro conocimiento y que muchas veces generan que opere más lentamente. La mejor manera de contrarrestar los efectos negativos del spam es estar informado. La página de la UNAM www.seguridad.unam.mx/usuario-casero en mi opinión es de las mejores a nivel mundial para obtener información sencilla, completa y en diversos formatos sobre seguridad informática.
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