Otra vez casi todos los villanos favoritos del sector
aparecieron: Televisa y TV Azteca. Se les acusa desde frenar la transición a la
televisión digital hasta incumplir impunemente sus compromisos nupciales que hicieron ante el
honorarble “juez de registro civil”, la Comisión Federal de Competencia. Pero
no deben mezclarse fobias con derechos, no debe exigirse el cumplimiento ético
si ni las obligaciones de ley hacen efectivas las autoridades. En este teatro
de las telecomunicaciones, lo que vemos los espectadores es la descoordinación
de la Cámara de Diputados y del Senado
en relación a las acciones del Ejecutivo Federal, la falta de voluntad política
del Congreso de la Unión de otorgar a la Comisión Federal de Telecomunicaciones
al menos la facultad de sancionar directamente, en síntesis la ausencia del
Estado. Claro que es más fácil culpar a los otros, a los villanos o al cambio
climático, que asumir las responsabilidades que corresponden.
Si Televisa y TV Azteca mantienen juicios en contra de la
fecha del apagón analógico en la cual se supone (en este país todo puede pasar)
deberán reintegrar el canal espejo que les fue entregado para la transición a
la televisión digital, ¿infringen sus compromisos ante Cofeco? No. Estas
empresas se comprometieron a no obstaculizar el proceso de licitación de
televisión abierta de cadena nacional
(ojo, si licitan por localidades, sí lo pueden frenar sin incumplir con
Cofeco), pero en la extensa resolución, jamás leí algo sobre renunciar a su
derecho a impugnar el adelanto de la fecha del apagón analógico. ¿Es ético lo
que hacen siendo que se trata de una actividad de interés público? Ésa es otra
discución, pero no podemos permitir que nuestros sentimientos nublen a los pensamientos.
Con los juicios de Televisa y TV Azteca contra la fecha del
apagón analógico de 2015, ¿se desincentiva la participación en la licitiación
de TV abierta? Es posible, pero el mayor desincentivo es la ausencia de
decisiones del Congreso de la Unión y de políticas públicas para apoyar la
transición a la televisión digital, y eso puede estar influido por los
intereses de las televisoras a través de las llamadas telebancadas y de la influencia que tienen sobre funcionarios
públicos, pero la responsabilidad de que se adopten determinaciones para que
algún día exista un apagón analógico corresponde a los poderes públicos. Si
éstos no van a ejercer sus mandatos constitucionales y legales, entonces sí
deben renunciar. Pero por más que no compartamos las actitudes, los modus
operandi y los contenidos de las televisoras, ellas no son las obligadas a
hacer cumplir la ley, ni a buscar el interés público. ¿Quién va a querer
participar en las licitaciones de TV abierta si el gobierno no ha establecido
programas que impulsen la televisión digital por parte de los televidentes?
Recuérdese que incluso en EUA tuvieron que otorgarse subsidios y apoyos para la
conexión de los convertidores de TV digital, ¿qué ha pasado aquí? Nada.
Entonces, ¿quiénes están o les estarán haciendo el juego a las televisoras de
retrasar el apagón analógico?
En realidad lo más probable es que las estrategias legales
de las televisoras estén esperando el primer acto de aplicación del acuerdo por
el cual se adelantó el apagón analógico para ejercer sus defensas legales,
porque hasta ahora no se les ha exigido devolver los canales espejo y el apagón
del 2015 todavía no es “inminente” para efectos del amparo.
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