“No existe ni una libertad perdida para siempre ni una libertad conquistada para siempre: la historia es un entramado dramático de libertad y opresión, de nuevas libertades a las que contestan nuevas opresiones, de viejas opresiones abatidas, de nuevas libertades reencontradas, de nuevas opresiones impuestas y de viejas libertades perdidas” (Luigi Ferrajoli).
Después de escuchar los audios en Internet a través de Reporte Índigo de lo que aparentan ser varias conversaciones –en tono preocupado- del Secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, cobra relevancia el tema de la libertad de expresión en Internet y otros servicios de telecomunicaciones. En especial cuando el ejercicio de ese derecho fundamental en nuestro país se está convirtiendo en un acto heroico entre las amenazas del crimen organizado, de los poderes fácticos y, aunque parecía algo superado, también del Gobierno. México ocupa el vergonzoso lugar 140 debido “a la existencia de personas que incumplen la ley para enriquecerse y penalizan a los periodistas con impunidad”, según Reporteros sin Fronteras. ¿Qué están haciendo el Congreso de la Unión, la Secretaría de Gobernación, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los poderes estatales?
México es mucho más que la capital del país. Si eso se olvida, se corre el riesgo de que se establezcan feudos, con sus propias leyes contrarias al avance en derechos fundamentales a través del uso de tecnologías de la información y comunicaciones como el Internet. En el hermoso estado de Nayarit, recientemente han aprobado reformas en materia penal que ponen en riesgo el ejercicio de la libertad de expresión y, en especial, a través de Internet. La exposición de motivos argumenta que es urgente “establecer medidas de regulación en Internet”, al tiempo que la reforma aprobada por el Congreso de Nayarit convierte en delito las conductas que tiendan a generar, difundir o propagar información “para tratar de menoscabar la autoridad del estado o presionar a la autoridad para que tome una determinación”.
Primero sorprende cómo Nayarit busca regular Internet cuando a nivel nacional e internacional las discusiones de ese tópico son interminables. Los regímenes que han “regulado” Internet han sido los autoritarios. Reporteros sin Fronteras tiene un listado de los enemigos del Internet que a la fecha son: Arabia Saudita, Bielorusia, China, Corea del Norte, Cuba, Egipto, Etiopía, Irán, Myanmar, Siria, Túnez, Turkmenistán, Uzbekistán, Vietnam y Zimbabwe. ¿Estará luchando Nayarit para ingresar a esa lista?
Segundo, el lenguaje abierto y sin límites de “tratar de menoscabar la autoridad del estado” suena más bien a una ley mordaza. Al criticar la gestión o expresarse contra el gobernador nayarita Ney González, ¿se estaría menoscabando la autoridad del Estado? Dependerá de quién sea el juzgador y, si el poder judicial local está subordinado al gobernador, podrían estarse gestando nuevos casos de quebranto a la libertad de expresión tipo poblano como del Gober Precioso.
Tercero, la autoridad fue elegida para tomar decisiones a favor del interés público, aun cuando sus determinaciones no sean populares o vayan en contra de grupos de poder. Si la autoridad se deja presionar para su determinación, ¿se debe penalizar el ejercicio de la libertad de expresión o más bien se debiera destituir al gobernante?
Sin libertad de expresión, no existe una opinión pública libre que es un requisito esencial para un Estado democrático y para el ejercicio de otros derechos fundamentales. Cualquier régimen democrático precisa el respeto irrestricto al ejercicio de la libertad de expresión. El caso Nayarit, ¿estará sucediendo en otros estados?
La Internet Society, capítulo México, realizará el simposio “Internet 2009” este jueves 19 de febrero en el Centro Cultural del México Contemporáneo de la ciudad de México(www.isoc.org.mx). Será un foro abierto a todo público para el análisis y debate sobre el Internet para el desarrollo de la Sociedad del Conocimiento en México.
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