lunes, 19 de mayo de 2008

Otra faceta de la tiranía …[El otro lado de las telecom e Internet]

Las tiranías no tienen límite como lo está demostrando la actitud de la Junta Militar de Myanmar después de la tragedia que inició con el ciclón Nargis y que sigue cobrando víctimas en ese país asiático. De haber utilizado ciertos sistemas de telecomunicaciones, se podría haber alertado a la población de la inminencia del ciclón para que encontraran refugio. Pero ni la alerta de emergencia, ni hoy día la ayuda humanitaria internacional ha podido llegar a las personas en necesidad.

El Internet hizo posible que en la década de 1990, se dieran a conocer las violaciones generalizadas a los derechos humanos en Myanmar, antes Birmania o Burma en inglés. Myanmar es un país que fuera colonia inglesa y que es vecino de China, Laos, Tailandia, Bangladesh e India. Después de su independencia en 1948 y tras un breve periodo de régimen democrático, desde 1962 está sujeta a un régimen militar. En 1990 se convocaron a elecciones en las que ganó por una inmensa mayoría el partido a favor de la democracia. La junta militar –como era de esperarse- anuló las elecciones y decidió que mejor se iniciara la formación de una nueva constitución.

La nueva constitución no se ha publicado, ni ha sido sujeta a discusión pública. Ahora, en medio de la tragedia y la negativa del gobierno de Myanmar a permitir el auxilio humanitario por miedo a que se sepa más de sus atrocidades, la nueva constitución será votada. El gobierno de Myanmar seguramente teme a la información, tanto la que pueda recibir su población como la que se difunda en el mundo y evidencie una vez más, las brutalidades de uno de los regímenes más opresores de la actualidad.

El Internet es un desafío para los gobiernos que pretenden ocultar o disfrazar información. Recordemos que en 1994, la información directa del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se difundían en el Internet y las cartas del Subcomandante Marcos –escritas en un inglés perfecto- se recibían a través de listas de distribución de correo electrónico. De ahí que la simpatía por el movimiento del EZLN fuera en muchas ocasiones mayor en Francia, por ejemplo, que en nuestro país.

Por su parte, en Cuba estaba prohibido que los cubanos compraran computadoras y las que adquirían era en el mercado negro. El uso de celulares estaba limitado a extranjeros y a cubanos que por razón de su trabajo lo requirieran. En marzo de este año, el gobierno cubano a cargo de Raúl Castro anunció que se pondrían a la venta computadoras y los cubanos podrían tener servicio de celular. Esto no implica que se esté dando un respeto al derecho a la información y a la libertad de expresión, pues una cosa es tener computadora y otra acceso a Internet. Como bien lo expresaron cibernautas cubanos “no nos vamos a conformar con el dedo de la novia. Queremos la luna de miel completa” (www.desdecuba.com/potro). Para acceder a Internet en un cibercafé en Cuba, se requiere dar el nombre y mostrar el carné de identidad. Además, existen diversos controles y bloqueos a páginas e Internet. De ahí que un grupo de cibernautas denominados Potro Salvaje ofrezcan instrucciones de cómo evadir los censores y dan sugerencias para evitar el monitoreo oficial.

China es otro caso emblemático de temor al Internet. En China las páginas de agencias de noticias internacionales, los blogs y la Wikipedia están bloqueadas. Además, China condenó a 10 años de prisión a dos disidentes por crímenes contra el Estado utilizando como pruebas los registros de correo electrónico que Yahoo le entregara al gobierno chino. ¿Servirán las Olimpiadas para cambiar esta situación?

El Internet es el medio democrático por excelencia, porque está sujeto a menor control que la radio y televisión, y está disponible de manera más generalizada para que los ciudadanos de a pie expresen sus opiniones. Sin embargo, el Internet no es un antídoto contra los regímenes autoritarios que buscan coartar sus beneficios. El Internet es un medio que ayuda, pero no suple a la sociedad para construir democracia.

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