lunes, 5 de agosto de 2013

¿Cáncer por uso de celular?

Si uso mucho el celular ¿me dará cáncer en el cerebro? Vivo al lado de una antena de celular ¿habrá consecuencias negativas para la salud de mi familia? La Comisión Federal de Electricidad tendió líneas de electricidad que pasan sobre el parque público ¿les puede dar leucemia a los niños? ¿Alguna vez ha escuchado algún pronunciamiento al respecto de la Secretaría de Salud, de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos o alguna otra autoridad del Estado mexicano? Seguramente no y eso implica que han estado violando nuestro derecho a la información y a la salud.


En el mundo contemporáneo, la telefonía móvil es parte del día a día y también la instalación de estaciones base con atenas para las redes de empresas como Telcel, Movistar, Iusacell, Nextel y Unefon. Decida o no usar un celular, siempre y casi en cualquier lugar una persona está sometida a campos electromagnéticos (CEM). A diferencia de fumar en el que la persona voluntariamente decide fumar aun cuando sabe que es perjudicial para su salud, estar o no  bajo CEM es ajeno a nuestra voluntad y ni siquiera hay humo (como en el cigarro) como para alejarnos del lugar. Toda nueva dependencia tecnológica ha traido sus cuestionamientos sobre los efectos a la salud, como en su momento lo fue la utilización del foco y el tendido de redes de telegrafía y de telefonía. Hoy día día nadie se preocupa por su salud por usar focos o si hay redes telefónicas fijas al lado de su domicilio. Veamos lo que está pasando en foros internacionales.

Los CEM son generados por líneas eléctricas, aparatos del hogar, computadoras, instalaciones para radio y TV, teléfonos móviles y estaciones base. Los CEM emiten radiaciones no ionizantes, es decir, no son suficientemente potentes como para romper las moléculas de las células a diferencia de los rayos gama o los rayos X. La Organización Mundial de la Salud emitió una nota refiriendo que en cuanto a teléfonos móviles y los efectos de corto plazo por su utilización sólo demostraban que la piel y otros tejidos superficiales absorbían el calentamiento generado por esos CEM, y que el aumento en la temperatura en el cerebro u otros órganos era insignificante. Por su parte, reconoció que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer ha clasificado los CEM como “posiblemente carcinógenos para los seres humanos (grupo 2B), categoría que se utiliza cuando se considera que una asociación causal es creíble, pero el azar, los sesgos o los factores de confusión no pueden descartarse con una confianza razonable”. La OMS también señaló que hasta el momento no puede decirse que las estaciones base generen efectos adversos a corto o largo plazo en la salud.

La Unión Europea ha sido señalado: que respecto a los CEM (0-300 Hz) (p. ej., líneas eléctricas) la conclusión previa de que pueden ser cancerígenos es válida, por la incidencia de leucemia en niños, en tanto que es improbable la asociacion con cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares; y que los CEM (100 kHz–300 GHz) (p.ej., telefonía móvil, televisión y radio abierta, horno de microondas) no han demostrado tener efectos en la salud, pero falta hacer evaluaciones de largo plazo. La UE conduce investigaciones, difunde información y responde directamente a las preguntas de los ciudadanos europeos sobre los CEM al reconocer que es una preocupación genuina de la sociedad.

En México existe un proyecto de NOM elaborado por la Cofetel y la Secretaría de Salud sobre el cumplimiento de los límites de exposición a los CEM por equipos de telecomunicaciones. Sin embargo, no se difunde información a la población. La Cámara de Diputados y el Senado no han tocado el tema. Las iniciativas de ley secundaria de telecomunicaciones que se trabajan desde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, desde la academia y sociedad civil debieran incluir este tema. 

En síntesis, a la fecha no existe evidencia consistente, ni concluyente, ni investigaciones finales que determinen si la exposición del ser humano al CEM de acuerdo a los límites permitidos, pueda ser perjudicial para la salud o no. Los estudios continúan porque la dependencia en las comunicaciones móviles es reciente y no hay estudios sobre efectos de largo plazo. Es probable que todos sigamos haciendo uso de la tecnología a pesar de todo, pero el derecho a estar informados debiera respetarse.
Si uso mucho el celular ¿me dará cáncer en el cerebro? Vivo al lado de una antena de celular ¿habrá consecuencias negativas para la salud de mi familia? La Comisión Federal de Electricidad tendió líneas de electricidad que pasan sobre el parque público ¿les puede dar leucemia a los niños? ¿Alguna vez ha escuchado algún pronunciamiento al respecto de la Secretaría de Salud, de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos o alguna otra autoridad del Estado mexicano? Seguramente no y eso implica que han estado violando nuestro derecho a la información y a la salud.
En el mundo contemporáneo, la telefonía móvil es parte del día a día y también la instalación de estaciones base con atenas para las redes de empresas como Telcel, Movistar, Iusacell, Nextel y Unefon. Decida o no usar un celular, siempre y casi en cualquier lugar una persona está sometida a campos electromagnéticos (CEM). A diferencia de fumar en el que la persona voluntariamente decide fumar aun cuando sabe que es perjudicial para su salud, estar o no bajo CEM es ajeno a nuestra voluntad y ni siquiera hay humo (como en el cigarro) como para alejarnos del lugar. Toda nueva dependencia tecnológica ha traido sus cuestionamientos sobre los efectos a la salud, como en su momento lo fue la utilización del foco y el tendido de redes de telegrafía y de telefonía. Hoy día día nadie se preocupa por su salud por usar focos o si hay redes telefónicas fijas al lado de su domicilio. Veamos lo que está pasando en foros internacionales.
Los CEM son generados por líneas eléctricas, aparatos del hogar, computadoras, instalaciones para radio y TV, teléfonos móviles y estaciones base. Los CEM emiten radiaciones no ionizantes, es decir, no son suficientemente potentes como para romper las moléculas de las células a diferencia de los rayos gama o los rayos X. La Organización Mundial de la Salud emitió una nota refiriendo que en cuanto a teléfonos móviles y los efectos de corto plazo por su utilización sólo demostraban que la piel y otros tejidos superficiales absorbían el calentamiento generado por esos CEM, y que el aumento en la temperatura en el cerebro u otros órganos era insignificante. Por su parte, reconoció que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer ha clasificado los CEM como “posiblemente carcinógenos para los seres humanos (grupo 2B), categoría que se utiliza cuando se considera que una asociación causal es creíble, pero el azar, los sesgos o los factores de confusión no pueden descartarse con una confianza razonable”. La OMS también señaló que hasta el momento no puede decirse que las estaciones base generen efectos adversos a corto o largo plazo en la salud.
La Unión Europea ha sido señalado: que respecto a los CEM (0-300 Hz) (p. ej., líneas eléctricas) la conclusión previa de que pueden ser cancerígenos es válida, por la incidencia de leucemia en niños, en tanto que es improbable la asociacion con cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares; y que los CEM (100 kHz–300 GHz) (p.ej., telefonía móvil, televisión y radio abierta, horno de microondas) no han demostrado tener efectos en la salud, pero falta hacer evaluaciones de largo plazo. La UE conduce investigaciones, difunde información y responde directamente a las preguntas de los ciudadanos europeos sobre los CEM al reconocer que es una preocupación genuina de la sociedad.
En México existe un proyecto de NOM elaborado por la Cofetel y la Secretaría de Salud sobre el cumplimiento de los límites de exposición a los CEM por equipos de telecomunicaciones. Sin embargo, no se difunde información a la población. La Cámara de Diputados y el Senado no han tocado el tema. Las iniciativas de ley secundaria de telecomunicaciones que se trabajan desde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, desde la academia y sociedad civil debieran incluir este tema.
En síntesis, a la fecha no existe evidencia consistente, ni concluyente, ni investigaciones finales que determinen si la exposición del ser humano al CEM de acuerdo a los límites permitidos, pueda ser perjudicial para la salud o no. Los estudios continúan porque la dependencia en las comunicaciones móviles es reciente y no hay estudios sobre efectos de largo plazo. Es probable que todos sigamos haciendo uso de la tecnología a pesar de todo, pero el derecho a estar informados debiera respetarse.

No hay comentarios: