Es un engaño decir que el proyecto de Ley de Amparo reducirá la litigiosidad del sector de telecomunicaciones. Tal como cuando el Senado y la Cámara de Diputados instauraron el hoy extinto Renaut diciendo que con éste se combatiría el secuestro y la extorsión, y que lo único que generó fue preocupación en los ciudadanos sobre sus datos personales y gastos para los concesionarios de telecomunicaciones. No. En esto no hay fórmulas mágicas y el que el proyecto de Ley de Amparo diga que sólo por razones excepcionales cuando pudiera haber mayor afectación al interés social, un tribunal del Poder Judicial Federal podrá otorgar la suspensión del amparo cuando “Se impida u obstaculice al Estado la utilización, aprovechamiento o explotación de bienes de dominio directo”, en nada resuelve lo que según esto pretende resolver el Congreso de la Unión. Veamos por qué.
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lunes, 18 de febrero de 2013
martes, 5 de febrero de 2013
¡Súmese a la acción colectiva!
“Señorita, me suspendieron el servicio y no tengo adeudos”. “Lo sentimos, pero los términos y condiciones del contrato que firmó con Telcel dicen que cuando llegue al 70% del límite de crédito le suspendemos el servicio”. “Señorita, pero ¿por qué me dejan sin servicio? O ¿me van a bonificar el tiempo que Telcel suspende el servicio aunque ni siquiera soy moroso?”. “Le repito, los términos y condiciones de Telcel señalan que …”. Esta es una conversación típica de las que recibe el centro de atención a clientes de Telcel y la frustración de los consumidores a los que sólo les repiten de los “términos y condiciones” que ni siquiera negociaron y que hoy día no sabemos si la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor ha tenido a bien autorizárselos convirtiéndose en cómplice de prácticas abusivas o no. Profeco ignorando el principio constitucional de máxima publicidad todavía no da la lista de las empresas de telecomunicaciones a las cuáles sí se les autorizó el contrato de adhesión y a cuáles no, eso sí, dijo con bombo y platillo que establecerá un Programa Nacional de Verificación a las Empresas del Sector de Telecomunicaciones.
Soy hereje, que me condenen [a propósito de la TV digital]
Si estar en contra de destinar recursos del Erario para subsidiar la transición a la televisión digital en México que se estima sería del orden de los 13,188,000,000 de pesos en lugar de favorecer que los mexicanos de todos los niveles sociales tengamos acceso a la banda ancha es una herejía, que me condenen y me quemen viva. La famosa transición a la televisión digital es una corriente que más parece una moda, que copiamos en México bajo la excusa de la “modernidad”, sin darnos cuenta de las profundas diferencias entre los países europeos, EUA y nosotros. Compramos el discurso, generamos la necesidad y ahora pretendemos distraer recursos de otras prioridades para los mexicanos para hacer la transición. Todos hemos caído en el error de pensar que porque la experiencia comparada de países avanzados lo avala, tiene que ser igual en México. Sin embargo, debemos hacer un alto en el camino, todavía estamos a tiempo. Se requiere reflexión de alto nivel del Senado, de la Cámara de Diputados, de la Cofetel y de la sociedad civil, de lo contrario, dejémonos llevar con la corriente sin quejarnos después de ser una población consumidora de telenovelas y reality shows en lugar de una sociedad ilustrada y crítica.
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