martes, 20 de noviembre de 2012

EPN, ¿sus propuestas de telecom?



El Presidente Felipe Calderón piensa que cumplió con las 3 Cs (cobertura, competencia y convergencia), pero una mirada al sector de las telecomunicaciones prueba que es falso. No sólo la pobreza se ha acentuado, sino la brecha entre los que tienen acceso a Internet y los que no lo tienen con todas las implicaciones negativas. ¿Qué hará ahora el equipo del presidente electo Enrique Peña? No sabemos, pero las reflexiones del seminario convocado por el prestigiado programa de investigación Telecom CIDE a cargo de la Dra. Judith Mariscal, pueden ayudar.

Si la próxima administración hace lo correcto e incrementa suficientemente la digitalización (redes+asimilación+utilización), el Producto Interno Bruto podría aumentarse por ese hecho de $9,211 millones de dólares a $27,513 mdd como Chile de acuerdo a Raúl Katz. Olvidemos la época en la que se pensaba que el sector privado mediante el libre juego de la oferta y la demanda llevaría a México al primer mundo y adoptemos la visión colombiana de “El mercado hasta donde sea posible, el Estado hasta donde sea necesario”. El mercado no resolverá lo que le toca hacer a la política pública, nos recordó Roger Noll, la institucionalidad y gobernanza deben ser una prioridad para EPN. Mientras la Secretaría de Comunicaciones y Transportes pretende rescatar la frecuencia de 2.5 GHz para iniciar un largo camino de litigios en el que opera la frase popular “ni para Dios, ni para el diablo”, Noll aboga por entregar más espectro a los operadores. El grave problema de los políticos es pensar que un buen discurso, compensa la falta de políticas públicas adecuadas o justifica la inacción del Senado o de la Cámara de Diputados para proveer de leyes en las cuales las telecomunicaciones se conviertan en un motor de la economía. ¿Cuántas veces escuchamos la retórica vacía de “la importancia del sector” para  ver la fragmentación de iniciativas que no pueden llamarse políticas públicas?

El gobierno federal dice que hemos crecido en penetración de banda ancha, lo que nunca dice es lo que atinadamente refiririeron de manera separada, Ernesto Flores y Alexis Milo: el crecimiento en banda ancha en el país benefició a la población de altos ingresos y ahondó la brecha digital de la población de escasos recursos. En pocas y breves, la ausencia de directrices del Estado a cargo de Felipe Calderón ayudó a perpetuar la desigualdad en México. La mitad del crecimiento en banda ancha se debe a los deciles IX y X que son los de los ingresos más altos (Milo). Aunque  ha habido reducciones en los precios de acceso a Internet y de banda ancha,  las disminuciones fueron del 50% para aquellos que gastan 300 pesos o más en tanto que ha sido sólo del 7% para los que gastan 50 pesos al mes (Milo). Esto hace que algunos Méxicos en cuanto a acceso a Internet sean comparables a la Unión Europea y otros Méxicos a Nigeria o Costa de Marfil (Milo). ¿Diferenciará la política pública de Enrique Peña entre las necesidades de la población o será como siempre una lucha por mejorar en estadísticas macro aunque la ciudadanía retroceda ante el vertiginoso avance de la era digital?

¿Se debe crear una nueva secretaría de Estado? ¿Se debe fortalecer a la Comisión Federal de Telecomunicaciones y a la Comisión Federal de Competencia? Katz propone una agencia coordinadora que no duplique las atribuciones de cada secretaría, sino que sea un interlocutor válido entre sociedad, sector privado y gobierno, que impulse el sector muy a pesar de que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público considere a las telecomunicaciones como una simple fuente de ingresos en lugar de un catalizador positivo del país. Que la agencia incremente la demanda, porque sin ésta para qué sirve el despliegue de redes.

El liderazgo de Peña Nieto como Jefe de Estado se pondrá a prueba en lograr los acuerdos para que el despliegue de infraestructura pueda obtener preferencia y celeridad para instalarse igual en los derechos de vía que en los ductos de drenaje y los postes de la Comisión Federal de Electricidad. Abrir los ductos de otros servicios públicos ha mostrado ser un camino en la Unión Europea. En México requiere el compromiso de municipios, estados y Federación, ¿lo alcanzará nuestro próximo presidente?
   
Si México no recupera el tiempo perdido para ser un país y tener una población digitalizada, es seguro que en pocos años podrá compararse sólo con países subsaharianos. La tarea para el próximo sexenio está contrareloj y en cuenta regresiva.

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