[Primera parte]
La búsqueda de villanos
favoritos en México ya es tradición, tal como lo ilustró Elena Garro con
Julia en “Recuerdos del Porvenir”. Televisa y TV Azteca parecen los enemigos
públicos de la existencia de la pluralidad. Los mexicanos alzamos la voz contra
Televisa y TV Azteca, el movimiento #YoSoy132 se manifiesta frente a sus
corporativos, pero eso sí, a la hora de las telenovelas o los noticieros de
esas empresas, ¿quién enciende la televisión? Independientemente de mi opinión
sobre Televisa y TV Azteca, lamento decir que no tienen ellas la culpa de la
ausencia de diversidad y pluralidad en México, ¿o qué ya son ellas el gobierno
mexicano?
La diversidad y la pluralidad no se alcanzan
desapareciendo del mapa a Televisa y TV Azteca, sino creando las condiciones y
proveyendo las frecuencias para que existan nuevos concesionarios y
permisionarios de televisión abierta. La luz al final del túnel parece empezar
a verse (¡ojalá no se apague!) con el proyecto de bases de licitación de
Cofetel para 2 canales nuevos de televisión abierta en 153 localidades que
cubrirían al menos el 93% de la población mexicana. No existe precedente en
México de cómo hacer estas licitaciones, los estándares de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación respecto a que el criterio económico no puede ser el
factor de decisión deben observarse, ¿cuál debe ser el mecanismo para
seleccionar a los ganadores? Se discute actualmente en la Comisión Federal de
Telecomunicaciones una propuesta del comisionado Gonzalo Martínez Pous que
merece reflexión, lo cual haremos en ésta y la próxima colaboración.
Cobertura geográfica. ¿Debe licitarse por “cadenas
nacionales” o deben ser estaciones locales o regionales? Si sólo pensamos en
“atacar” a Televisa/TV Azteca, lo obvio sería decir que sea una “cadena
nacional” para que puedan ser del mismo tamaño. Sin embargo, el número de interesados
sería muy limitado por la inversión que se tendrá que realizar. Se tendría que
desplegar en breve una nueva red de TV digital, a pesar de que la audiencia de
la nueva televisora sería incierta porque la mayoría de los mexicanos carecemos
de un televisor capaz de recibir las señales digitales y los posibles
anunciantes en el nuevo canal “nacional” exigirán cierta masa crítica en cuanto
a audiencia de sus mercados objetivos para pagar por publicidad. Los que
podrían defender una licitación de “cadena nacional” serían los de la Comisión
Federal de Competencia para tratar de preservar el compromiso de Televisa/TV Azteca de no obstaculizar una licitación
de “cadena nacional”, porque la obligación de éstas nunca sería exigible si
Cofetel licita por localidad o región.
Una ventaja de licitar por localidad y que es consistente
con la experiencia internacional, es que la radio y la televisión abierta deben
estar más vinculadas a las realidades e intereses de la localidad y no sólo
difundir los eventos nacionales y de la capital de un país. Otra ventaja es que
la inversión en una red local es mucho menor, por lo que podría haber más
interesados en participar y sería un incentivo para que grupos de la localidad
o región puedan obtener un canal de televisión local/regional.
[Segunda parte]
La responsabilidad de la Cofetel, la Secretaría de Hacienda
y Crédito Público y de la Comisión Federal de Competencia sobre el futuro de la
pluralidad en México, se pondrán a prueba en la licitación de nuevas estaciones
de TV abierta que se supone iniciará próximamente. En la colaboración pasada
adelantábamos los detalles de la propuesta del comisionado Gonzalo Martínez
Pous en cuanto a la posibilidad de que el área de cobertura de esas nuevas estaciones
sean locales, regionales o incluso a nivel nacional, veremos qué opina la
Cofeco al respecto.
El sistema denominado combinatorio
en esencia establece diversos criterios y a cada uno de éstos la Cofetel
asignaría un valor o puntos de la calificación
máxima posible. Los criterios se estima que sean un 20% los económicos
(contraprestación) y un 80% los no económicos, de tal suerte que no por pagar
mucho, se convierte un grupo en ganador, lo cual atiende a la resolución de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación (Ac. Inconst. 26/2006). Si la ilusión es
que las licitaciones púbicas eliminaban la discrecionalidad en el otorgamiento
de concesiones, olvídese. El ejercicio de la función pública en temas complejos
como éstos, exigen que el Pleno de la Cofetel decida discrecionalmente en la
ponderación que da a cada criterio. Para que la discrecionalidad no se
convierta en arbitrariedad, Cofetel debe fundar y motivar sus decisiones y lo
debe hacer de manera transparente. De lo contrario, la sombra de la duda será
lo que marcaría estas licitaciones.
La definición de la contraprestación mínima es esencial y
depende de la SHCP. ¿Buscará que estas licitaciones generen ingresos
extraordinarios al Erario federal o su finalidad será que haya cobertura social
de la televisión digital? Si busca lo primero, recordémosle el caso Satmex en
el cual aparentemente se recibía una contraprestación elevada por la
privatización y que después fue tener en agonía permanente por más de una
década a la empresa con más posiciones satelitales mexicanas. Si el precio
mínimo de referencia olvida que se tienen que desplegar redes nuevas, puede
hacer inviable el futuro de la pluralidad televisiva en México y las culpables
no son, ni serán Televisa, ni TV Azteca. Opciones para remediar este punto son
varias. Por ejemplo, que no se pague la contraprestación de golpe, que se
difiera a lo largo de la vida de la concesión y que en los primeros años no se
hagan aportes, lo anterior con la finalidad de que al principio los recursos se
inviertan en desplegar red, obtener audiencia y publicidad. El crédito al nuevo
entrante beneficiaría a aquellos que no están actualmente en el sector de la
radiodifusión y es una especie de “descuento” de la contraprestación final que
debe invertirse en la red.
Si efectivamente como se está proponiendo la licitación
otorga puntos significativos a aquellos participantes que ofrezcan incluir
producción independiente local en su programación, será en extremo positivo
para fomentar la creatividad de talentos locales que de otra manera quedarían
en el anonimato, contribuirían al ejercicio de la libertad de expresión y el
derecho a la información de la sociedad, entre muchos beneficios. Eso sí, la
definición de qué se debe entender por producción independiente local, será
fundamental.
¿Pueden o no participar Televisa y TV Azteca? ¿Habrá un
límite a la acumulación de concesiones? Los puntos más delicados de la
Licitación 21 y el por qué sólo participó Nextel-Televisa, fue precisamente por
esto, que después de muchos meses llevó a miembros de la Cámara de Diputados y
del Senado a cuestionar y demandar la anulación de la licitación. ¿Qué dirá
Cofeco esta vez?