lunes, 25 de mayo de 2009

Telecomunicaciones e influenza

La vulnerabilidad del ser humano se hace más patente ante las situaciones imprevisibles e incontrolables como la que estamos viviendo con la influenza porcina. Los logros de la ciencia que parecen tener una respuesta a todo en el mundo contemporáneo, reconocen lo incierto y los desafíos para contrarrestar este virus “que es mutante de un virus que tiene origen porcino”. ¿Cuál es la contribución de las telecomunicaciones a enfrentar la influenza porcina? Proporcionar información.

El artículo 184 de la Ley General de Salud confiere la posibilidad en materia de salubridad general para que se utilicen “libre y prioritariamente los servicios telefónicos, telegráficos y de correos, así como las transmisiones de radio y televisión”. En este caso concreto, el Presidente Calderón publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación de 25 de abril de 2009 en el cual reitera lo dispuesto en la Ley General de Salud en cuanto a las acciones ejecutivas que tendrá la Secretaría de Salud para combatir la epidemia, explicitando que ésta establecerá “las directrices informativas necesarias a fin de transmitir clara y oportunamente las medidas que se adopten para afrontar la contingencia”.

Cuatro reflexiones importantes:

1. La información proporcionada por el gobierno, ¿es completa o parcial “para no preocupar a la ciudadanía”? La falta de credibilidad en el gobierno deja a la ciudadanía con lo tradicional: “¿qué me estará ocultando?”. La ventaja hoy día con el Internet es que se puede contrastar lo que dice el gobierno mexicano con lo que informa la Organización Mundial de la Salud y otros sitios extranjeros como el de Centers for Disease Control and Prevention de EUA (www.cdc.gov). La mayor parte de la información coincide, otra complementa y una mínima difiere. De cualquier manera, cada habitante de este país -siempre que tenga acceso a Internet- podrá formarse su propia opinión.

2. Radio y televisión han confirmado su importancia como los medios principales a partir de los cuales los mexicanos obtienen información, aun cuando -conforme a la ley- no se trate de servicios públicos, sino de “actividades de interés público”.

3. En México no existe un plan o programa para proveer servicios de telecomunicaciones en situaciones de emergencia o desastres, de acuerdo a respuestas recibidas por acceso a la información de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, la Comisión Federal de Telecomunicaciones y el Centro Nacional de Prevención de Desastres. En esencia eso quiere decir que, una vez en la emergencia o en medio del desastre, se improvisa para aprovechar servicios de telecomunicaciones. ¿Así debiera ser? De nada sirve que las concesiones de telecomunicaciones obliguen a sus titulares a que ante una emergencia proporcionen servicios en forma gratuita por el tiempo y en la proporción que amerite la emergencia. México precisa de un plan de telecomunicaciones en casos de emergencia.

4. Sin una política de Estado federal, ni de las entidades federativas para la accesibilidad a las telecomunicaciones por personas con discapacidad, ¿cómo garantizan que éstas estén informadas oportunamente? Porque la televisión carece de subtítulos o de traducción en lengua de señas, muchos de los sitios web del gobierno –incluyendo el de Presidencia de la República y el de la Secretaría de Salud- no cumplen con los estándares de accesibilidad internacionales, y en México no existe el servicio de relevo o retransmisión que permitiría la comunicación telefónica de y con personas sordas. En una situación de emergencia como la que estamos viviendo, la información debe proveerse en diversos tipos de formatos para ser accesible a una amplia variedad y grados de discapacidad. ¿Es nuestro caso?

No sabemos cuánto durará esta situación de alerta sanitaria, ni cuáles serán los resultados finales. Junto con las medidas preventivas y la esperanza de superar pronto este entorno, la disponibilidad de información oportuna, completa y veraz para todos es crucial.

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