Nadie supo en realidad quién tuvo la culpa del escándalo en que se convirtió el apagón analógico en Tijuana que más que prueba piloto se convirtió en conejillo de indias, pero como en este país siempre hay que encontrar un culpable –igual que en Julia en Recuerdos del Porvenir de E. Garro- en este caso fue la Comisión Federal de Telecomunicaciones. El caudal de recursos necesarios para que el Instituto Federal de Telecomunicaciones próximo a crearse logre el apagón analógico es inmenso. Los partidarios de realizar lo más pronto el apagón analógico en aras de la competencia argumentan que, de no acelarse la transición de la televisión digital, nadie estará interesado en participar en las licitaciones de la tercera y cuarta “cadena” de televisión. ¿Será cierto o será otro de los mitos sobre los cuales sobrevive este país y justifica políticas importadas?