lunes, 20 de octubre de 2008

Maestros, ¿sustituibles?

Nada podrá sustituir a maestros buenos y comprometidos. Con profundo cariño y gratitud recuerdo a los míos. Pero cuando los maestros por problemas con las autoridades les niegan a los niños y adolescentes el derecho a la educación, ¿se podrán sustituir?

Maestros de Morelos dijeron que “están dispuestos a reanudar el diálogo con las autoridades, pero sin aceptar imposiciones pues los acuerdos se deben tomar sin afectar a ninguna de las partes involucradas” (El Universal). ¿Han pensado en que la parte más importante y la razón de ser misma de los maestros son los estudiantes? Esa parte que cada día que pasa está afectada por los maestros renuentes a exigir su derecho a manifestarse al tiempo de cumplir con su deber superior de impartir clases. Los afectados no son ni la Secretaría de Educación Pública, ni el Gobierno Federal, ni el estado de Morelos sólo, sino todos aquellos a los que a diario se les priva del más esencial derecho para formarse como personas autónomas, que construyan un país democrático.

“La educación primaria es esencial. Desarrolla algunas de las capacidades más básicas para el desarrollo humano. Y crea una base de conocimientos de aritmética y de alfabetismo que permite a las personas ser más innovadoras y creativas … Incrementar la cantidad de educación no es suficiente, porque es el bajo nivel de las escuelas secundarias que lleva a los países a tener tasas de terminación bajas en muchos países” (Human Development Report 2001, ONU). ¿Quién ayudará a México en educación de calidad y no sujeta a las vicisitudes políticas? ¡Las tecnologías de la información y comunicaciones son un instrumento perfecto!

Las telecomunicaciones, los equipos de cómputo y el Internet con contenidos adecuados, pueden suplir la ausencia temporal de maestros y también apoyar a éstos en elevar el nivel educativo. Anunció la Secretaria Vázquez Mota que utilizarían la televisión y el Internet en las aulas para evitar que los estudiantes pierdan el ciclo escolar. Quizá una tragedia como el paro escolar de Morelos, se convierta en una oportunidad para que el gobierno federal y los estatales aprovechen las tecnologías en la enseñanza. En otros países cuyas economías son débiles y que han vivido por años en inestabilidad social, sí ocupan las tecnologías de la información y comunicaciones para la educación con excelentes resultados. Incluso está el “ICT-in-Education Toolkit” accesible públicamente en www.ictinedtoolkit.org para ayudar al diseño de políticas públicas en educación.

Sin embargo, al anunciar el Presidente Felipe Calderón el programa para impulsar el crecimiento y el empleo, ninguna palabra sobre telecomunicaciones. Se modernizarán las carreteras, se construirá una refinería, etcétera. Pero, ¿por qué negarnos a aprender de la experiencia comparada en donde las políticas de inversión gubernamental apuntan a la construcción de autopistas de la información? De hacerlo, se beneficiarían no sólo la economía y el empleo, sino también la educación, la salud y la democracia. ¿Habrá algún día una política de banda ancha y acceso universal a Internet para los mexicanos? O quizá México quiera continuar con políticas del siglo pasado. Lo lamentable -al igual que el paro de maestros-, es que el tiempo pasa y veremos a otros países crecer gracias a las telecomunicaciones mientras México espera a cambiar de mentalidad.

Cajón de sastre. Se ha creado la Fundación para la Libertad de Expresión para promover y defender la libertad de expresión, el derecho de réplica y el derecho a la información, así como para asistir jurídicamente cuando hayan sido violentados o estén en riesgo de serlo. La Fundación se presentará el 16 de octubre próximo en el Palacio de Minería y en dicho evento también se realizará el lanzamiento de la revista Transparencia y Corrupción. Transparencia y Corrupción mensualmente revelará hechos de interés general sobre el ejercicio del poder público con datos duros, con el compromiso de consolidar el periodismo de hechos y no de dichos.

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