martes, 23 de enero de 2007

La Luz de las Comunicaciones

La Luz de las Comunicaciones

La Comisión Federal de Electricidad desde que fue creada en 1937 ha proporcionado energía eléctrica al país. Ahora podrá también ser un competidor de Teléfonos de México en cuanto a transporte de señales de telecomunicaciones a través de su fibra óptica y en un futuro quizá también proporcionará servicios de voz, datos y video por medio del PLC (Power Line Communications).

De acuerdo con datos de la CFE, ésta genera, distribuye y comercializa energía eléctrica para 24 millones de clientes lo que representa casi 80 millones de mexicanos, sumando 900 mil nuevos clientes cada año. Por ello, la incursión de la CFE en las telecomunicaciones es de la mayor relevancia por el tamaño y calidad de su red, así como por la presencia que tiene en muchas zonas del país donde no existe teléfono. Esto abre dos oportunidades para México: aprovechar la infraestructura eléctrica para otros servicios públicos sin afectar el servicio eléctrico y convertirse en un competidor de gran talla en el mercado de las telecomunicaciones.

Distingamos primero entre el servicio de PLC y la utilización de la fibra óptica. El PLC (cuya evolución es Broadband over Power Line) provee el acceso a las telecomunicaciones para el usuario final mediante la utilización de la red eléctrica de media y baja tensión. El PLC permite prestar servicios de telefonía por Internet (VoIP), acceso a Internet, envío y recepción a alta velocidad de datos y videos, entre otros. Los usuarios serán residenciales, comerciales y gubernamentales. Cabe mencionar que, a pesar de todas bondades del PLC, la experiencia internacional aún no arroja resultados que demuestren sus beneficios tangibles. Considero que el camino para un PLC exitoso requerirá de inversiones considerables en equipos y de tiempo.

Caso muy distinto es en mi opinión el de la red de fibra óptica. Todo operador de redes eléctricas requiere contar con un sistema de comunicaciones seguro y confiable que opere en tiempo real para el control de la red eléctrica. En el caso de la CFE, dicho sistema de comunicación es una red de fibra óptica que es de las más grandes del país y que llega a lugares donde no existe ningún otro proveedor de servicios públicos. Entonces, la CFE con la concesión que recibió a fines del año pasado podrá aprovechar su red de fibra óptica para transportar señales de voz, datos y/o video de otros concesionarios de telecomunicaciones o de usuarios de redes privadas. Los beneficios para la CFE serán recibir ingresos que podrá destinar a mejorar el sistema eléctrico nacional y para el mercado de las telecomunicaciones, la existencia de un competidor más. La red de fibra óptica ofrece perspectivas muy atractivas y de éxito real, además de que será un factor de competencia que podría reducir los precios de las telecomunicaciones.

La infraestructura eléctrica que se ocupa tanto para el PLC como para la red de fibra óptica, pertenece a los bienes de dominio de la Nación, por lo que la determinación de las tarifas que cobrará la CFE y el decidir quiénes serán sus nuevos clientes de telecomunicaciones es un tema fundamental. La CFE tendrá que definir con transparencia y objetividad el precio de estos nuevos servicios, así como los criterios y procedimientos para designar a sus potenciales clientes de telecomunicaciones.
La CFE ha sido la víctima de la lucha hasta hoy irreconciliable entre los que la ven como el símbolo de la defensa de la soberanía y aquellos que favorecen su privatización. En cualquier caso, el reto más grande que enfrentará la CFE en su ingreso al sector telecomunicaciones será sin duda su régimen jurídico. Ojalá que éste no se convierta en un freno para una alternativa más de comunicación y que se evite politizar este tema, porque recordando lo que dice Rafael Alberti en Fustigada de Luz “…Nacemos en la luz, la queremos, la quisiéramos siempre… Pero sucede que la luz –como diría León Felipe- hay que ganarla…”.

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